Así fue la noche del 31 de octubre de 2017 en el cementerio histórico de San Miguel.
Unas ESTAMPAS DEL TENORIO para el recuerdo.
Comienza la noche y San Miguel se convierte en un enorme escenario que acoge el cuerpo sin vida del célebre personaje custodiado por monjes cartujos entre cantos funerales y redobles de un timbal que invitan al respeto y a la oración:
«Estamos acompañando el cuerpo de Don Juan Tenorio antes de recibir sepultura»
Así hablaba Don Diego, presentador de la obra junto a Doña Catalina. Ambos acuden al entierro de Don Juan. Hacen a los asistentes partícipes de la comitiva y evocan la vida del personaje: su arrogancia, sus apuestas, sus amoríos, arrojo, gallardía, sus duelos de espadas, venganza, bajas pasiones, desafío al más allá y el arrepentimiento que le llega gracias a su verdadero amor, Doña Inés de Ulloa.
La avenida de cipreses fue testigo de un Tenorio que estremeció en cada pase a un centenar de personas en una fecha única, la víspera de Todos los Santos. Fue un enclave incomparable que resucitó el sabor del teatro primitivo junto a la danza, la música, duelo de espadas y una escena final apoteósica donde espectros y fantasmales esculturas cobran vida para llevarse a Don Juan al inframundo por su desenfreno ciego. La ficción del recuerdo de su vida confunde al espectador con la realidad del alma del eterno galán que, sobrecogido por lo que jamás pensó que fuera verdad, se halla presente en el camposanto, siendo testigo de su propio entierro al que se incorporan los dos presentadores, ajenos a las visiones espectrales manifiestas ante el público.
Un Tenorio sobrecogedor que no deja indiferente en su forma y su mensaje: hasta el más incrédulo, aquel que se rió de la vida y de la muerte, encuentra en el amor su punto de salvación.
Nuestra más sincera felicitación para todo el equipo de actores, cuerpo de baile, regidores, maquillaje y peluquería, vestuario y dirección. Gracias a Parcemasa, a todas aquellas personas que participaron en la representación prestando su apoyo y a todos los asistentes por creer y participar de un Tenorio insólito, el de San Miguel.
Os dejamos con el reportaje fotográfico.